Garantizar que la gente que aprende realmente recuerda y usa lo aprendido
FERNANDO SÁNCHEZ ARIAS
| EL UNIVERSAL
lunes 17 de junio de 2013 12:00 AM
"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo."
- Benjamín Franklin (1706-1790) Estadista y científico.
Lograr mejores resultados financieros, comerciales, operativos y humanos es el objetivo tanto de líderes empresariales y gubernamentales exitosos como de sus organizaciones. Atrás quedaron los días en que las organizaciones valían exclusivamente por la solidez y liquidez financiera, por el valor de sus activos e infraestructura o por el tope de mente de sus marcas. El capital humano, ese capital integrado por la gente altamente competente y comprometida, que con sus conocimientos, actitudes y destrezas se convierte, más allá de la abusada retórica empresarial, en el mejor activo de cualquier organización, es lo que diferencia a las empresas exitosas de aquellas que fracasan, a las empresas que se estancan de aquellas que crecen.
Contar con gente que piense, quiera, actúe, inspire y logre es lo que la gran mayoría de los presidentes ejecutivos, gerentes generales y miembros de juntas directivas buscan para liderar, gerenciar y operar sus organizaciones. Ahora bien, lograr que esa gente sea de verdad capaz y esté genuina y honestamente comprometida es una labor titánica. La creación de universidades corporativas, centros de aprendizaje organizacional, academias de gerentes y escuelas de líderes, permite diseñar y conducir programas y experiencias de aprendizaje adecuados a las necesidades técnicas y humanas requeridas para cumplir y exceder indicadores de gestión y objetivos organizacionales.
La formación de facilitadores internos bajo metodologías de avanzada como el aprendizaje acelerado, cooperativo y experiencial asegura un ahorro de costos de capacitación de personal al emplear a los mejores gerentes y asociados que sean expertos en sus áreas de trabajo y especialidad como formadores de otros, además de garantizar que la gente que aprende realmente recuerda y usa lo aprendido.
fernando.sanchez@mejorar-se.com
- Benjamín Franklin (1706-1790) Estadista y científico.
Lograr mejores resultados financieros, comerciales, operativos y humanos es el objetivo tanto de líderes empresariales y gubernamentales exitosos como de sus organizaciones. Atrás quedaron los días en que las organizaciones valían exclusivamente por la solidez y liquidez financiera, por el valor de sus activos e infraestructura o por el tope de mente de sus marcas. El capital humano, ese capital integrado por la gente altamente competente y comprometida, que con sus conocimientos, actitudes y destrezas se convierte, más allá de la abusada retórica empresarial, en el mejor activo de cualquier organización, es lo que diferencia a las empresas exitosas de aquellas que fracasan, a las empresas que se estancan de aquellas que crecen.
Contar con gente que piense, quiera, actúe, inspire y logre es lo que la gran mayoría de los presidentes ejecutivos, gerentes generales y miembros de juntas directivas buscan para liderar, gerenciar y operar sus organizaciones. Ahora bien, lograr que esa gente sea de verdad capaz y esté genuina y honestamente comprometida es una labor titánica. La creación de universidades corporativas, centros de aprendizaje organizacional, academias de gerentes y escuelas de líderes, permite diseñar y conducir programas y experiencias de aprendizaje adecuados a las necesidades técnicas y humanas requeridas para cumplir y exceder indicadores de gestión y objetivos organizacionales.
La formación de facilitadores internos bajo metodologías de avanzada como el aprendizaje acelerado, cooperativo y experiencial asegura un ahorro de costos de capacitación de personal al emplear a los mejores gerentes y asociados que sean expertos en sus áreas de trabajo y especialidad como formadores de otros, además de garantizar que la gente que aprende realmente recuerda y usa lo aprendido.
fernando.sanchez@mejorar-se.com
Fuente Electrónica:
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario