Los equipos determinan la eficacia de este tipo de programas.
Flávia Espurio. Directora de Desarrollo y Gestión Estratégica de Aon Affinity Latin America
Los tiempos de crisis son
bastante ricos en aprendizajes para quienes actúan en recursos humanos.
Ser desafiado a disminuir los costos con empleados, mantener la moral
alta y garantizar la productividad de los equipos no es una tarea simple
en tiempos de inseguridad pero, ciertamente, puede ser algo que
recompensa mucho.
Dos premisas se deben respetar en este tipo de situación: el mantenimiento del conocimiento en la empresa y la capacidad de adaptación del factor humano a nuevas estrategias. Para ello, la estructuración de un programa de Educación Corporativa que acompañe las necesidades del momento y las futuras se torna fundamental.
Todas las iniciativas de aprendizaje (coachings, realización de inmersiones de colaboradores en diferentes áreas, entrenamientos comportamentales y de negocios, capacitación mediante e-learning) emprendidas deben ser cuidadosamente evaluadas. Así se identifican y priorizan las que contribuyen no sólo con el desarrollo del empleado, sino, principalmente, las que capacitan a los equipos como un todo para desempeñar sus atribuciones en forma de garantizar el mejor resultado para la empresa y sus clientes.
Un programa de Educación Corporativa eficaz es aquél que sirve a la estrategia de la compañía, sigue su ritmo de cambios y disemina los conceptos clave (misión, visión, valores, forma de hacer negocios) que caracterizan la cultura organizacional. El aprendizaje en la empresa es, por lo tanto, una herramienta que genera en el empleado la sensación de orgullo y pertenencia.
La efectividad de ese tipo de programa puede ser constatada cuando los equipos se muestran preparados y motivados para alcanzar las metas establecidas por la empresa, cuando se encuentran líderes capaces de conducir a los equipos rumbo a los resultados y la empresa funciona como una máquina, en la que las diferentes áreas tienen sus procesos bien integrados.
En Aon Affinity Latin America valorizamos a los colaboradores identificando cuáles poseen los conocimientos clave para el negocio y transformándolos en multiplicadores. De esa manera, perpetuamos esos conocimientos en la compañía y motivamos la permanencia de los colaboradores, - que multiplican y que reciben el conocimiento multiplicado – en la organización.
Evidentemente, no basta tan sólo observar los conocimientos intrínsecos de la empresa. Las necesidades de desarrollo referentes al comportamiento y competencias técnicas también deben ser correctamente abordadas, así como las posibilidades de desarrollo de aspectos como la creatividad y la capacidad de innovación del empleado.
Un programa de Educación Corporativa que se preocupa con la inserción del colaborador en su equipo y en el negocio y que sirve al desarrollo de los negocios de la compañía, contribuye con la motivación de los empleados y con la rápida adaptación de la empresa a nuevos escenarios. De esa forma, el trabajo de Recursos Humanos se torna aún más estratégico y valorizado.
Dos premisas se deben respetar en este tipo de situación: el mantenimiento del conocimiento en la empresa y la capacidad de adaptación del factor humano a nuevas estrategias. Para ello, la estructuración de un programa de Educación Corporativa que acompañe las necesidades del momento y las futuras se torna fundamental.
Todas las iniciativas de aprendizaje (coachings, realización de inmersiones de colaboradores en diferentes áreas, entrenamientos comportamentales y de negocios, capacitación mediante e-learning) emprendidas deben ser cuidadosamente evaluadas. Así se identifican y priorizan las que contribuyen no sólo con el desarrollo del empleado, sino, principalmente, las que capacitan a los equipos como un todo para desempeñar sus atribuciones en forma de garantizar el mejor resultado para la empresa y sus clientes.
Un programa de Educación Corporativa eficaz es aquél que sirve a la estrategia de la compañía, sigue su ritmo de cambios y disemina los conceptos clave (misión, visión, valores, forma de hacer negocios) que caracterizan la cultura organizacional. El aprendizaje en la empresa es, por lo tanto, una herramienta que genera en el empleado la sensación de orgullo y pertenencia.
La efectividad de ese tipo de programa puede ser constatada cuando los equipos se muestran preparados y motivados para alcanzar las metas establecidas por la empresa, cuando se encuentran líderes capaces de conducir a los equipos rumbo a los resultados y la empresa funciona como una máquina, en la que las diferentes áreas tienen sus procesos bien integrados.
En Aon Affinity Latin America valorizamos a los colaboradores identificando cuáles poseen los conocimientos clave para el negocio y transformándolos en multiplicadores. De esa manera, perpetuamos esos conocimientos en la compañía y motivamos la permanencia de los colaboradores, - que multiplican y que reciben el conocimiento multiplicado – en la organización.
Evidentemente, no basta tan sólo observar los conocimientos intrínsecos de la empresa. Las necesidades de desarrollo referentes al comportamiento y competencias técnicas también deben ser correctamente abordadas, así como las posibilidades de desarrollo de aspectos como la creatividad y la capacidad de innovación del empleado.
Un programa de Educación Corporativa que se preocupa con la inserción del colaborador en su equipo y en el negocio y que sirve al desarrollo de los negocios de la compañía, contribuye con la motivación de los empleados y con la rápida adaptación de la empresa a nuevos escenarios. De esa forma, el trabajo de Recursos Humanos se torna aún más estratégico y valorizado.
Palabras claves:
Formación
Fuente Electrónica:
Fuente Electrónica:
http://www.losrecursoshumanos.com/contenidos/7600-pensando-en-el-programa-de-educacion-corporativa-.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario